martes, 18 de diciembre de 2012

Proyectos

Mientras arrancaba el último trozo de celo, el orgullo me invadió. La torre de mis regalos de navidad era más grande que nunca, y todos comprados una semana antes. Adoro la sensación de adrenalina e ilusión que se crea cuando estas a punto de entregar un regalo a alguien. En mi caso, incluso mayor (y ya es difícil) que cuando los recibo. Es otra de las características que se incluyen en una personalidad como la mía, puedo encontrar la felicidad dándoles un poquito a los demás. Y eso que, tengo que admitir, no soy nada original y las navidades no es de mis fechas favoritas. Me maravilla la gente que tiene espíritu navideño y estos días esta más alegre solo porque llegan. Supongo que las excusas habituales para valorarlas a mi no me sirven... En ocasiones, intento catalogarlas y poder aferrarme a alguna consiga convencerme. Se junta toda la familia, no se hasta que punto eso es algo bueno, y también me pasa en verano pero en lugar de con abrigo, guantes y bufanda, con bikini y en la playa...no me vale. Hay vacaciones, no es mi caso, ya que para mi profesión, estos días son muy activos, y aunque así fuera, de nuevo también me pasa en verano y sin frío  Así que, esta tampoco. Recibes regalos, una vez más el verano lo eclipsa, ya que es mi cumpleaños y encima me ahorro el dinero de hacerlos a la inversa. Ya, ya lo sé. Esta actitud negativa no me pega nada, pero en estas ocasiones es cuando tiro de mi carácter inconformista y lleno de esperanza. Convierto la navidad en otro reto de mi vida. Cada año me propongo que pase algo que la haga mejor que la anterior, que sea especial.
Al pensar en objetivos, metas, ilusiones...es cuando me percato de lo competitiva que soy, incluso conmigo misma. Soy una inútil a la hora de sobrellevar mi existencia sin ir marcándome propósitos, y cuanto más difíciles sean más placer consigo con ellos. Me altera el concienciarme de hasta que punto me son necesarios para vivir. Y es porque, soy capaz de convertir cualquier cosa en un premio que me obsesiona conseguir, hasta a las personas. Me animo pensando que esto no tiene porque ser malo, siempre y cuando no haga daño a los demás. Pero me engaño pensando que alguna vez no he perjudicado a alguien con mi obcecación por sentirme deseada.
Me resulta interesante observar, cuanto de diferente puede ser una misma historia observada desde ojos diferentes. Como alguien puede creer que te ha conseguido conquistar, cuando en realidad, eres tu quien se propuso que él te conquistara. Soy una especialista en eso. En que alguien me guste y convertirme en su reto personal. Hacerme la inalcanzable es una de mis habilidades, depurada a lo largo de esos años en que he intentado ocultar mis sentimientos para no ser vulnerable. Sé, que puede sonar un poco manipulador, pero hay veces en que si no aparentas ser inaccesible, careces de interés para la persona a la que pretendes en un momento determinado. El temor a que me rechazaran, me ha llevado a ser de las personas que aparentan sentir una cosa y piensan otra diferente. Que muestran indiferencia cuando llevo días sin pensar en otra cosa.   No consigo recordar haberme propuesto algo, que antes o después, no haya conseguido, eso sí, siempre como si no hubiese sido mi intención.
Una vez más, me estremezco al ver lo frágil que soy. Como dejo que el miedo ante el aburrimiento me arrastre a plantearme como desafíos cosas que en realidad me trastocan. El problema es que el aburrimiento me empuja a,  hacer estupideces,  centrar mi atención en cosas que no lo merecen o a abrir puertas que ya estaban cerradas.
En ocasiones la falta de un fin propio, hace que nos conformemos con primero que pasa, con la primera persona que se cruza en nuestra vida mostrando disposición hacía nosotros. Siento que últimamente me he dejado llevar de nuevo. Que no he tomado decisiones y simplemente me he dejado arrastrar por situaciones que no me incomodaban. No es como quiero ser.
A partir de ahora soy yo quien elije, eso si...para tener una buena cifra de victorias y no acabar desfallecido antes de la guerra, hay que saber seleccionar las batallas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario