Le tenía sentado frente a mí, al
otro lado de la mesa, mirándome con sus enormes ojos marrones mientras agarraba
con fuerza mi mano. El restaurante estaba bastante abarrotado, lo cual
correspondía al plan que había preparado para evitar situaciones incontrolables
e incomodas. Llevaba días evitando esa cita, temerosa de lo que quería decirme,
de que expresara cosas para las que yo no estaba preparada. Solo nos estábamos conociendo
y yo, una vez más, seguía sin estar preparada para ningún tipo de compromiso.
Por lo que ¿alguien me puede explicar que llevo a mi estúpida cabeza a desilusionarme
cuando fue precisamente lo que me dijo? Si, suena absurdo, lo sé. Pero me
devastó oír de su boca que no llegábamos a ninguna parte, que el ahora no
buscaba nada serio, solo pasarlo bien y que si seguíamos alargando esto acabaría
complicándose, COMPLICÁNDOSE!!!!
La ira, la indignación y las
ganas de llorar se agolpaban en mi garganta no dejándome tragar. El bolo se me hacía
insoportable, por lo que, me levante tranquilamente y me encerré en el baño. Me
senté en la taza del wáter y me concentré en respirar y entender el conjunto de
incoherencias que acababan de suceder. Vamos a ver, relájate y piensa. ¿Por qué
estas a punto de llorar si es lo que tú querías? ¿Acaso te habías preparado
tanto para ser tú la que dijeras esas palabras que escucharlas al contrario te
ha pillado por sorpresa? Será capullo ¿Acaso cree que va a encontrar algo mejor
que yo? ¿Qué habré hecho para ya no gustarle? Al darme cuenta de lo que estaba
a punto de hacerme a mí misma, paré. Me miré al espejo. No vas a culparte de
esto Roxanne, no vas a hacerlo. Es lo
que tú esperabas, es un problema menos y ahora puedes seguir haciendo lo que hacías
antes de que apareciese. De pronto empezó a fastidiarme perderme todos esos
planes que, en un principio no me llamaban la atención lo más mínimo, habíamos
hablado durante los dos meses de descubrimiento. Podía imaginarme haciéndolos con
él, pasándolo bien, besándonos, abrazándonos, cogiéndonos de la mano mientras paseábamos
por la playa. Una vez más me frené. Vamos a ver, so loca, si ni siquiera te
gustaba en la cama… ¿Qué chorradas estás pensando? Podía ver a mi subconsciente
mirándome sentada en el lavabo con ojiplática. ¿En serio le estas idealizando
en el baño, treinta segundos después de que te haya dejado, cuando venias
decidida a hacerlo tú? Me entró la risa al imaginarme como mi hermana haría el
sonido típico que nos hacíamos para expresar que se nos iba la cabeza, el dedo
en los labios y pedorreando. Era muy típico de nosotras y siempre conseguía, o
cabrearnos más o que nos desternilláramos de la risa. Una vez más mire a mi
subconsciente que asentía orgullosa por cómo había tomado las riendas de la
situación y volví a la mesa. Allí me esperaba él, expectante, temeroso y con un
aspecto bastante gracioso de inseguridad, al no saber que reacción esperar de
mí. Note su confusión al verme tranquila y sonriendo. Desde luego no es lo que
esperaba. Terminamos una cena, que estuvo bastante bien y con la sensación de
que todo había ido bien. Me dejo en casa y nos despedimos con un beso en la
mejilla, prometiéndonos que volveríamos a vernos. Supongo que deseando que no
fuera en un periodo corto de tiempo.
Estaba en casa, tiré mi abrigo en
el sofá y encendí la tele esperando que echaran alguna película romántica, para
que una vez terminara pudiese imaginarme mi final alternativo, donde esa pareja
que había vivido tantas aventuras hasta descubrir que se amaban y el final se
fundía con un beso, al día siguiente de vivir juntos acababan echándose el uno
al otro, por no recoger los calzoncillos al ducharse o porque ella cocina como
un niño de tres años. No conseguí mi propósito pero solo imaginármelo me
alivio. Recordé una vez más a mi hermana, diciéndome lo fácil que soy de frustrar
y que no siempre las cosas saldrán como yo quiero pero eso no tiene por qué ser
malo. Soy un desastre…SI ME FRUSTRO HASTA CUANDO SI SALEN COMO QUIERO!!!
Puede que sea muy previsible, pero es viernes noche y no
estoy dispuesta a acostarme con esta sensación de fracaso… en cinco minutos
había queda con mi amiga Silvia y sabía que la noche me deparaba algo mejor que
lloriquear por estar sola otra vez, tal vez Rox tenía que volver, aunque solo
sea por esta noche…