martes, 11 de diciembre de 2012

Etapas


La caja azul estaba apoyada en mis piernas y no pude reprimir la curiosidad por abrirla. No soy de esas personas que guardan recuerdos de cada momento de su vida,  aunque en un tiempo me lo propusiese, soy demasiado dejada. Ese pequeño recipiente era el único resquicio físico de nostalgia que podía atribuirme. Me asomé a su interior y hallé cientos de fotos. El motivo de mi falta de sentimentalismo era precisamente esta sensación, la que me regaña por un corazón excesivamente caprichoso. La gente tiende a decir que es exigente, yo asumo que soy caprichosa.
En esas imágenes veía chicos que habían pasado por mi vida. Personas que, en un momento determinado, significaron algo para mí. Y una vez más, y dada mi situación actual, descubrí cuán inconsciente, irracional y masoquista es mi estúpido corazón. ¿Por qué es incapaz de enamorarse o permanecer enamorado de alguno de esos hombres maravillosos que han estado para mí? Es un tópico pensar que nos fijamos en la gente equivocada. Pero yo no hablo de un simple encaprichamiento de un chico malo, porque la gente lógica, acaban siendo lo suficientemente inteligente para optar por el bueno. Yo me vuelvo, total, absurda e irremediablemente chiflada por la gente menos oportuna para mí. No quiero decir que me enamore de malas personas, ni mucho menos que me traten mal. He de reconocer que he tenido mucha suerte, y siempre han sido fantásticos. Me refiero, a que siempre me enamoro en las situaciones más difíciles y enrevesadas que existen. No puedo dejarme llevar por un amor sano, sencillo y seguro. Mi camino es el de los amantes torturados, o separados, por una condición que esta presente desde el segundo uno de conocerle. Y por mucho que mi conciencia intenta alejarme y avisarme, haciéndome la dura y engañándome pensando que yo mantengo el control, ese estúpido y ávido de emociones me juega malas pasadas, atrapándome en un amor sin sentido, ni salida sin sufrimiento.
Tengo la teoría que existen fases. O al menos, es el consuelo que intento buscar para no pensar que siempre me veré en este lugar. Mi corazón ahora esta en la fase “necesito pasión y emociones extremas”, no importa el dolor que te vaya a reportar al final, merece la pena por cada momento de plenitud que has conseguido al mirar a aquella persona en esa relación descabellada. Mi esperanza es que, mi insensato compañero, llegue a la fase “quiero seguridad,  amor sincero y sin complicaciones”, ese que se transforma en un para siempre. Me entristece saber que ese tipo de personas y relaciones han pasado por mi vida. Que por si parte existía plena entrega, respeto, deseo y amor. Pero de nuevo llega el disparatado inconformismo que rige mi vida, y alguien que me aporta todo lo contrario aparece en mi vida. Él, una y otra vez. Por muy lejos que esté, por mucho tiempo que haya pasado, por poco que todo haya cambiado…ÉL. 
Supongo que el error esta en idealizar a la persona con la queremos compartir nuestra vida. Imaginamos a una persona perfecta para nosotros, alguien que sepa lo que quieres sin decírselo  que te de lo que necesitas sin perdérselo y que no encuentre tus fallos. Pero en realidad debemos buscar a esa persona a la que podamos decir lo que queremos, pedir lo que necesitamos y que a pesar de los fallos, siga estando para ti. No busco una "media naranja", soy una naranja entera que busca una piña, unas uvas o cualquier otra fruta que haga que mi zumo sea más sabroso. No debemos enfrascarnos en la ingrata hazaña de unirnos a una persona que nos complete, sino a aquella que nos aporta todo aquello que nosotros no somos. Y de ahí, que nos atraigan tanto los contrarios. Enriquecen nuestra vida con actuaciones que, por nosotros mismos, no tendríamos  ya que no corresponde con nuestra forma de ser. Aquel que, si eres tímida  te haga bailar como si nadie te mirase en el centro de una discoteca o que si eres impetuoso, pueda contenerte en situaciones límite.
Es ridículo pensar lo inapropiado, molesto y antónimo que sea a lo que siempre busqué o pensé que quería. Sólo él y el inoportuno amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario