lunes, 17 de febrero de 2014

Poner normas...la mejor excusa para saltartelas

Otro lunes en el estudio, un lunes especialmente frío, y nos solo porque viniese después de San Valentía, o porque el sábado hubiese sido raro, sino porqué de verdad, era una mañana tremendamente gélida.
Se había convertido en una de mis costumbres dedicar la primera hora de la semana, mientras todo se ponía en funcionamiento y se caldeaba la habitación, a hacer un recorrido por las aventuras del fin de semana.
En realidad había sido bastante completo, pero al volverme a jurar por decimaoctava vez que no iba a perseguir nunca más a nadie, me di cuenta que esa era otra mala costumbre que había adquirido.
Soy una radical, y si no me establezco normas inamovibles, acabo haciendo justo lo contrario que había planeado. Cuando creo que alguien está jugando conmigo, me tengo que obligar a romper absoluto contacto con esa persona, porque si lo dejo en medias cintas, acabo olvidando el motivo que me llevo a tomar esa decisión y vuelvo a caer.
Supongo que es uno de los inconvenientes de la memoria selectiva y mi búsqueda de la felicidad, que las cosas que me desagradan o me incomodan, por algún motivo, desaparecen por completo de mis recuerdo, y eso suele llevarme a desastres bastante absolutos de vez en cuando.
Este sábado me había llevado a la conclusión de que la mejor manera de asegurarme no pasarlo bien, es estar pendiente de los movimientos de alguien. Es cierto, que debido a mi regreso a la adolescencia sentimental, estaba adquiriendo conductas que deje atrás durante mucho tiempo y que no eran, para nada, recomendables.
Sé que no es la primera vez que lo afirmo, pero me reitero, que alguien me guste me hace peor persona, por lo que soy muy feliz dejándome llevar por aventuras de una noche que no conllevan obligaciones ni complicaciones, al menos por ahora.
Me he planteado que mi problema, en realidad, es que intento convencerme de estar preparada para dar un paso más y comenzar algún tipo de relación más profunda cuando, claramente, no estoy preparada. Pero me asusta que cuanto más tiempo pasa, más independiente me hago, y es posible que nunca más pueda adaptarme a estar con alguien, volver a contar con él...y esas cosas que debes hacer cuando encuentras una pareja. 
Nunca me voy a forzar a hacer algo que no quiero, pero la verdaderamente, toda mi seguridad, firmeza y decisión se evaporan en cuanto tengo cerca a alguien que realmente me interesa.
Me llena de impotencia volverme así, y para que negarlo, una vez más, no llevo bien el rechazo y tampoco estoy acostumbrada a el. Por ello, cuando alguien me supone más esfuerzo de lo necesario, o no consigo pillarle el punto, me bloqueo. Suelo tener las situaciones bajo control, es a lo que estoy habituada, y cuando algo se me va de las manos no sé como afrontarlo. Muchas veces es porque yo me he torcido, o simplemente nos hemos desorientado, pero nunca se me ha dado bien corregir. Soy más de...empezar de cero o desistir.
¿Por qué las personas somos tan complicadas?¿Por qué hacemos pagar a personas que acaban de aparecer en nuestra vida lo que nos hicieron en el pasado?¿Es posible creer con firmeza en que algo funcionaria aunque en realidad no exista ninguna señal que te lo haya confirmado?
Siempre he pensado que soy de seguir caminos fáciles, me escudo en que si el destino lo ha puesto ahí, no debo resistirme. Pero en esta ocasión, y a pesar de que el universo no para de enviarme cordura para que me retire, yo insisto, y no me resigno a creer que debo ceder. Me he descubierto teniendo fe, fe ciega en algo que no tiene ningún sentido, ni practico, ni de ningún tipo. Pero ahí estoy yo, estampandome una y otra vez con el mismo muro, porque una lucecita en lo más profundo de mi interior me dice que es lo que tengo que hacer. Por algún motivo tengo que insistir y hacer el capullo, sin llegar a perder mi dignidad por el camino. Pero ¿Dónde se encuentra la linea entre la insistencia romántica que acaba en final feliz, y el acoso por parte de un perturbado obsesionado? Y es que, cuando lo miras desde tu perspectiva, te puedes sorprender dándote cuenta de cuantas veces has tachado de pesados a chicos por ser menos persistente de lo que tu puedes llegar a ser, y eso es terrorífico.
Supongo que el limite lo marcas tú, y hasta el punto en el que te sientes cómoda con tu actuación, y es el momento en el que empiezas a cuestionarte este asunto, el exacto en el que debes parar, porque ya empiezas a estar insegura, y no vas a actuar con cordura, convirtiéndote en una víctima de las circunstancias, siendo vulnerable a cualquier tipo de comentario que te dañara mucho más.
Otro error que suelo cometer, y reconozco, es que necesito, al menos procuro, terminar las noches con un buen recuerdo...y eso, significa, que si me ha pasado algo malo, necesito buscar un final feliz, algo que ocupe mi tiempo del lunes... no hace falta que especifique que a veces lo encuentro en cosas insignificantes y ridículas, pero soy una optimista y a mi me vale.
Ahora, ya pasado San Valentin, pienso en las muchas frases que leí en ese día que me hacían pensar... el amor no se busca, pero hay que estar abierto a encontrarlo... ¿Estoy en ese momento?¿Estoy dispuesta a volver a ser una novia? y si es así ¿Habré aprendido algo de mi relación anterior? 
Como ya he dicho mi búsqueda de la felicidad me provoca ser un poquito egoísta, y a medida que maduro, poco a poco, estoy más segura de lo que merezco y lo que estoy dispuesta a dar, el problema, es que tiendo a encontrar a las personas equivocadas, que hacen que me vuelva a radicalizar y perjurarme que no voy a volver a portarme bien nunca más. Porque en realidad, me siento mucho más cómoda en el papel de villana, que el de princesa enamorada. 
Aunque claro, la rebeldía forma parte de mi código genético, por lo que cuantas más normal me impongo, más ganar tengo de saltármelas, y me imagino que he ahí el origen de mis radicalizaciones...en el fondo sé que cuanto más me prohíbo algo, más me voy a esforzar por conseguirlo...de hecho, es posible, que sea la única manera de la que quiera esforzarme.


No hay comentarios:

Publicar un comentario